Oracion de la Guerra Santa para vencer enemigos con San jorge

Esta es la hora de la victoria Absoluta de San jorge, para llevar la guerra santa y vencer a tus enemigos por mas fuertes que sean, también destruir y quitar sus brujerías, quitar todos los obstáculos que no te dejan avanzar en la vida, protegerte de traiciones y peligros y muchos mas.

Hoy es tu oportunidad de recibir esta poderosa bendición y no necesitas rezar esta oracion completa, tan solo escuchala o dejala sonando de fondo para que el poderoso San Jorge venza a tus enemigos y obstaculos para siempre. Comencemos

Oracion de la Guerra Santa para vencer enemigos con San jorge

¡Oh San Jorge, Guerrero
Celestial, León de la
Cristiandad y Campeón de la
Causa Justa! Me presento ante
tu poderosa majestad y poder
con la autoridad que me
confiere la rectitud de mi
intención y la ferocidad de
mi fe. No vengo a ti con
ruegos tímidos, sino con el
mandato de un soldado que
reclama la movilización de
las legiones divinas.
Te invoco con palabras de
fuego y acero, para que tomes
tu armadura, montes tu corcel
blanco y lleves la guerra santa
la guerra sin cuartel, contra las
fuerzas encarnadas del mal
que conspiran en las sombras,
contra las brujerías que
envenenan mi mundo espiritual
y contra los traidores que
venden su alma por la mentira.
Con la autoridad suprema de
Cristo Rey, a quien sirves, yo
ordeno y decreto que tu espíritu
beligerante descienda como un
huracán de luz sobre el campo
de batalla. Declaro que este no
es un momento de paz, sino de
guerra; no de paciencia, sino
de acción contundente.
Así como aplastaste la cabeza
del dragón infernal, te requiero
ahora, Comandante de los
Ejércitos del Cielo, que libres
una ofensiva total y sin
precedentes. Ordeno que tu
lanza de destino clave en el
corazón de todos los
conciliábulos de brujería, que
tus huestes angelicales
arrasen con los altares de
magia negra, y que el fuego
del Espíritu Santo consuma
hasta la última raíz de
hechicería, maleficio y
trabajo de sombra que se
levante contra la luz, contra
la inocencia y contra mi vida
Que cada embrujo lanzado
sea desintegrado en el aire,
que cada maldición sea
revertida hacia su origen con
una fuerza cataclísmica y que
los brujos y hechiceros que
operan en la oscuridad
huyan aterrados ante el
estruendo de tu caballo
de guerra.
¡Oh San Jorge, Verdugo de la
Traición! Dirige tu mirada de
fuego hacia los traidores,
aquellos que besan con la
boca y apuñalan por la
espalda. Te presento ante tu
tribunal de honor a los
serpientes de lengua viperina,
a los Judas que venden lealtad
por monedas de envidia.
Ordénales, con el poder de tu
voz que hizo temblar al
infierno, que sean
confrontados por su propia
conciencia y por la justicia
divina. Que sus
maquinaciones secretas sean
expuestas a la luz del día,
que sus alianzas ocultas se
rompan como cristal, y que
la red de mentiras que han
tejido se convierta en su
propia soga. Decreto que la
traición que planearon caiga
sobre sus cabezas, que la
deshonra que buscaron para
mí se convierta en su manto
perpetuo. Que su camino sea
bloqueado, sus recursos
secados y su influencia,
reducida a la nada. No pido
su destrucción física, sino la
aniquilación completa de su
poder para dañar, para que su
maldad sea encerrada en una
prisión de su propia creación
Monta tu caballo de guerra y
pisa con sus cascos de fuego a
las entidades oscuras que
estos siervos del mal han
invocado. Destroza bajo sus
patas a los demonios de la
confusión, la enfermedad y el
fracaso.Que tu grito de batalla
«¡Cristo Vence!»,sea el sonido
que anuncie el derrumbe de
todo reino de maldad que se
oponga a nosotros. Esta es una
guerra de liberación,
y tú eres mi General.
Revísteme con tu misma
armadura para que pueda
luchar a tu lado. Conviérteme
en un instrumento de tu
justicia. Que mi fe sea mi
escudo, tu palabra mi espada,
y mi causa, tu causa. Por tu
victoria eterna, yo decreto
que el mal es derrotado, las
brujerías son destruidas y los
traidores son puestos en fuga
La guerra santa está declarada
y la victoria es segura.
sellada con la sangre del
Cordero y el acero de tu lanza
Poderoso San Jorge, Guerrero
Invicto, Caballero de la Luz
Divina y Vencedor del Dragón
de la Maldad! Me presento
ante tu poderosa presencia con
la autoridad que me confiere
la justicia de mi causa y la
firmeza de mi fe. No acudo a ti
con súplicas temerosas, sino
con la determinación de un
aliado que reclama el
cumplimiento de la ley
celestial: que el bien
prevalezca sobre el mal, y
que la verdad despedace a la
mentira. Te invoco con
palabras de poder, para que
actúes como mi escudo
impenetrable y mi espada
flamígera, para que tomes mi
causa como tuya y lleves
ante la justicia divina a
todos aquellos que se han
declarado mis enemigos.
Con la autoridad de tu
nombre victorioso,yo ordeno
y decreto que tu fuerza
legendaria se manifieste en el
plano espiritual y tangible.
Así como sometiste al dragón
con valentía y fe, te requiero
ahora, oh Capitán de las
Huestes Celestiales, que
cabalgues frente a mí en esta
batalla. Ordeno que tu lanza
de luz traspase los escudos de
maldad con los que mis
adversarios se protegen.
Decreto que tu espada, forjada
en el fuego del Espíritu Santo,
corte de raíz toda conspiración
toda traición, toda mentira y
toda acción malintencionada
que hayan urdido contra mí,
mis seres queridos o mi paz.
Que cada red de engaño que
hayan tejido se convierta en
su propia trampa, y que cada
emboscada que hayan
planeado se vuelva en su
contra con fuerza
multiplicada. ¡Oh San Jorge,
Justiciero Divino! Expongo
ante tu tribunal de luz a mis
enemigos jurados y
escondidos, te pido con poder
que los confrontes, que
desenmascares sus intenciones
ocultas ante sus propios ojos
y ante el mundo. Paraliza sus
manos para que no puedan
ejecutar su maldad. Confunde
sus mentes para que sus
planes se estrellen contra el
muro de tu protección.
Que la maldad que intentaron
enviarme regrese a ellos con
la precisión de un boomerang
divino para que experimenten
las consecuencias completas
de sus actos y comprendan
que atacar a uno bajo tu
sagrado amparo es provocar
tu ira justiciera.
No pido venganza ciega, sino
justicia y restitución. Que
sean vencidos no para su
destrucción, sino para su
rendición; para que depongan
las armas de su agresión,
reconozcan su error y cesen en
su hostilidad y caigan
vencidos de rodillas.
Si su corazón se endurece y se
niegan a retroceder, entonces,
oh Guerrero Santo, aplica
sobre ellos el peso completo de
la ley celestial. Que su maldad
los alcance y los obligue a
retroceder, alejándolos de mi
camino para siempre.
Revísteme con tu armadura
para que sea invulnerable a
sus ataques.

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