Oracion del Santo Juez Juticiero Castiga enemigos

Esta es la poderosa oración del Santo Juez para hacer justicia contra los traidores y mentirosos, las palabras de esta oración son muy efectiva para traer el castigo a quienes han faltado a tu confianza, por lo que solo deberás hacerlo con gente que en verdad te ha dañado, si este es tu deseo haz esta oración completa como esta aquí y repitela tres días en total, hazlo ya y deja que el Santo Juez traiga justicia. Comencemos

¡Oh, Santo Juez Divino,
Justiciero Celestial, cuya
mirada penetra el alma y cuya
balanza no se inclina ante el
engaño!
Hoy me presento ante tu
sagrado tribunal, no con sed
de venganza, sino con hambre
de justicia. Tú que conoces lo
oculto, que ves las traiciones
escondidas en sonrisas falsas
y las mentiras disfrazadas de
buenas intenciones,
escucha mi clamor.
¡Santo Juez de los Oprimidos,
Voz de los que no son
escuchados, Fuego que
consume la maldad sin tocar
la inocencia!
Te invoco con el corazón
herido pero firme en la verdad
Que tu mano poderosa caiga
sobre aquellos que me han
traicionado, que han jugado
con mi confianza como si
fuera moneda falsa.
Que su mentira se vuelva
contra ellos, que su traición
les sea devuelta, que el dolor
que sembraron cosechen en
medida multiplicada.
Por el poder de tu justicia
infinita, te pido:
Que la falsedad de mis
enemigos sea expuesta ante
todos, como luz que revela
lo podrido en la oscuridad.
Que sus maquinaciones se
vuelvan contra su propia
cabeza, como boomerang
que regresa al punto de
partida. Que el silencio
cómplice se rompa, y que
quienes encubrieron el
engaño tiemblen ante tu
mirada.
No pido su destrucción, sino
transformación: que el
peso de sus actos los obligue
a mirarse al espejo y
reconocer su vileza.
Que donde hubo cinismo,
nazca remordimiento; donde
hubo manipulación, brote
vergüenza.
¡Santo Juez Imparcial, que no
te conmueven lágrimas
fingidas ni promesas vacías!
Hoy deposito en tus manos
mi causa: Que tu espada corte
los hilos de sus mentiras,
dejándolos desnudos ante
el mundo.
Que tu ley se cumpla sin
prisa pero sin pausa, como
marea que inevitablemente
llega a la orilla.
Que yo, mientras tanto, sea
protegido de su veneno,
cubierto por tu manto como
testigo de que la verdad
siempre triunfa.
Acepto que tu justicia tiene
tiempos perfectos, pero
te suplico: que no permitas
que se burlen de los buenos
por más tiempo. Que hoy
mismo comience a moverse tu
rueda sagrada, aplastando la
arrogancia de los desleales.
Prometo, cuando tu sentencia
se manifieste, ser
instrumento de perdón… pero
sólo después de ver tu
justicia brillar como el sol
del mediodía.
¡Que así sea por los
siglos de los siglos!
¡Amén!

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