Descubre a tus enemigos ocultos y traidores – oracion del ojo que todo lo ve

Esta es la antigua oración del ojo que todo lo ve para descubrir traidores y enemigos ocultos. Esta oración es muy antigua como poderosa y te servirá para descubrir a todos aquellos que buscan verte destruido, ya sean enemigos conocidos o ocultos. Si necesitas descubrirlos haz esta oración completa como esta aquí y repitela un total de cinco días, hazlo asi y quita el velo que ocultan sus mentiras. Comencemos

oración del ojo que todo lo ve

¡Ojo Sagrado, testigo de lo
oculto y lo revelado!
Tú que penetras las sombras
y disipas los velos del engaño
¡escucha mi súplica!
Concede a mi espíritu la
claridad para discernir
las traiciones escondidas y
las intenciones torcidas de
aquellos que me rodean.
¡Ilumina mi camino con
tu luz implacable!
Que ningún susurro de
falsedad escape a mi
entendimiento,
que ningún gesto fingido
se libre de mi percepción.
Tú, que todo lo ves, ábreme
los secretos del corazón
humano, para que yo
distinga al amigo leal
del enemigo escondido.
¡Oh, Vigilante Eterno,
desgarra los disfraces
de la mentira!
Que las sonrisas
traicioneras no me
confundan, que las
palabras dulces no nublen
mi juicio. Muéstrame la
verdad en su forma más
pura y cruda, aunque duela,
aunque desgarre las
ilusiones que he abrazado.
¡Dame la fuerza para
enfrentar lo que descubra!
Que no tema a la decepción,
que no retroceda ante
la perfidia. Pues prefiero
el dolor de la verdad al
consuelo de la ignorancia.
Que tu mirada infinita sea
mi escudo y mi guía,
para que jamás caiga en
las redes de quienes
conspiran en silencio.
Oh, Ojo Inquebrantable,
despierta en mí tu sagacidad
Que las intenciones ajenas
se reflejen en mi mente
como en un espejo, que los
corazones se abran ante mí
como libros bajo tu mirada.
No permitas que la astucia
de los hipócritas me domine
ni que su malicia encuentre
refugio en mi confianza.
¡Por tu poder omnisciente,
protégeme!
Que cada mentira se
queme bajo tu fulgor,
que cada traición sea
expuesta ante mis ojos
como lo es ante los tuyos.
Y si he de caminar entre
serpientes, hazme sabio
como la serpiente, pero
puro como la paloma.
¡Así sea, bajo tu eterna e
incansable vigilancia!
Asi sera

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