Oracion Secreta Antibrujerias y Maleficios del Padre Pìo

Buenos dias a todos¡ esta es la antigua oración del padre Pio para tumbar y devolver los hechizos. Por fin se ha revelado la oracion secreta que usaba el padre pio de pietrelcina para combatir embrujo y magias negras, El poder de estas palabras es formidable y con ellas podras revertir y cortar los efectos de los hechizos mas fuerte y devolverlas asi a quienes las han hecho.

Para esto solo reza con fe esta oración completa como esta en aquí y repitelo un total de tres dias seguidos. Hazlo asi y deja que el poder de Dios te salve de todo ese mal. comencemos

¡Oh Dios Todopoderoso,
Padre de Misericordia y
Justicia Eterna! Yo, tu
humilde siervo, postrado
ante tu Divina Presencia con
el corazón traspasado de
dolor, clamo a Ti con voz
angustiada. Por los méritos
infinitos de la Preciosísima
Sangre de tu Hijo Jesucristo,
por la intercesión poderosa
de la Santísima Virgen
María, de San Miguel
Arcángel y de todos los
Santos Mártires y
Ángeles del Cielo, te
suplico, ¡oh Señor!,
escucha mi clamor
desesperado.
¡Padre Santo!, Tú que
conoces las profundidades
del alma y ves las
maldades ocultas,
Tú que eres Juez Justo y
Fuerte Guerrero, alza tu
mano poderosa contra
los enemigos oscuros
que siembran brujerías,
maleficios y hechicerías
para destruir a tus hijos
fieles.
Por el poder de la Santa
Cruz, por las llagas
gloriosas de Cristo, por
las lágrimas de la Madre
Dolorosa, ¡devuélveles
todo el mal que han
lanzado, que sus propias
tramas se vuelvan contra
ellos, que sus hechizos
se rompan como cristal
estrellado contra la
Roca de tu Salvación!
¡Oh Santísima Virgen
María, Reina del Cielo
y Madre de la Iglesia!, tú
que aplastaste la cabeza
de la serpiente infernal,
extiende tu manto
protector sobre mí y
sobre todos los que
sufrimos los ataques del
maligno. Que todo
maleficio, todo trabajo de
brujería, toda maldad
enviada por enemigos
envidiosos, regrese a su
lugar de origen
multiplicado por la
Justicia Divina. ¡Que los
que han querido dañarme
con artes oscuras caigan
en su propia red, que sus
lenguas mentirosas
enmudezcan, que sus
manos malditas se sequen
que sus corazones
malvados sientan el
peso de tu Ira Santa!
¡San Miguel Arcángel,
Príncipe de las Milicias
Celestiales!, con tu
espada de fuego, corta las
cadenas de la brujería que
intentan aprisionarme.
Arroja al abismo a los
demonios que inspiran
estas maldades, persigue a
los hechiceros que
comercian con el mal, y
que el resplandor de tu
gloria los deje ciegos y
derrotados. ¡Que todo
pacto con las tinieblas
hecho en mi contra sea
anulado, que sus
maldiciones se
conviertan en
bendiciones para mí, y
que su propio veneno
los consuma!
¡Oh mis Santos
Protectores, Ángeles de
la Guarda, Mártires y
Confesores de la Fe!,
únanse a mi súplica.
Intercedan ante el Trono
del Altísimo para que toda
obra de las tinieblas sea
reducida a cenizas por el
Fuego del Espíritu Santo.
Que los que han invocado
demonios para hacerme
daño sean humillados, que
sus bocas se llenen de polvo,
que sus hechizos se disipen
como humo ante el Viento
de Dios.
¡Señor mío Jesucristo!,
Tú que en tu Pasión
Santísima sufriste los
insultos de los impíos
y triunfaste
sobre el infierno, no
permitas que los siervos de
Satanás se gloríen de mi
dolor. Por el poder de tu
Santa Cruz, por la fuerza
de tu Resurrección, por
la Sangre que brotó de
tus Llagas Sagradas,
ordena, ¡oh Rey de Gloria!
que todo mal enviado
contra mí regrese a sus
emisores con siete veces
más fuerza. Que los que
han buscado mi ruina
espiritual y material
caigan en desgracia, que
su maldad sea expuesta
a la luz, que su orgullo
sea quebrantado y que,
si no se arrepienten,
sean arrojados al lugar
que merecen.
¡Espíritu Santo, Fuego
Divino!, purifica el aire
que respiro, el suelo que
piso, los objetos que me
rodean. Quema toda
influencia diabólica,
desata todo lazo de brujería,
y conságrame enteramente
a Ti. Que nada manchado
por el pecado y la
hechicería permanezca
en mi vida.
¡Padre Eterno!, en tu
Nombre Santo declaro:
Todo maleficio queda
anulado, toda brujería
queda destruida, toda
maldición queda revertida.
Que los enemigos que me
han atacado en lo oculto
reciban el castigo de su
propia maldad, y que yo,
protegido por tu Gracia,
siga adelante cantando tus
alabanzas.
¡En el Nombre del
Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo,
Amén!



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