Antigua Oración del Espíritu del Monte Aleja enemigos

Esta es la Ancestral Oración al Espíritu del Monte y te servirá para destrancar tus caminos. Atraer las buenas oportunidades y alejar a tus enemigos para siempre. Si necesitas este milagro en tu vida. Solo reza esta oración completa como esta en esta aquí. Recuerda hacerla en un lugar tranquilo y sin distracciones para obtener así todas sus bendiciones. Comencemos

Antigua Oración del Espíritu del Monte Aleja al enemigo

¡Misericordioso Espíritu del
Monte, guardián de los secretos
ancestrales, señor de los
caminos ocultos y dueño de
las riquezas de la tierra!
Hoy me presento ante ti con
el corazón en paz pero lleno
de fuego, reconociendo tu
dominio sobre la fortuna y
tu poder sobre los destinos.
¡Tú que reinas en las alturas,
en las raíces profundas y en
los vientos que silban entre
los árboles, escucha mi
súplica! Abre las puertas de
la abundancia en mi vida,
haz que la prosperidad
fluya hacia mí como los
ríos que bajan de tu falda
sagrada. Que el dinero no
me falte, que las
oportunidades lleguen en
oleadas y que la tierra misma
conspire a mi favor.
Espíritu del Monte, destranca
mi suerte, rompe las cadenas
de la escasez y haz que la
fortuna me sonría sin límites.
¡Que los frutos que recoja
sean jugosos y abundantes,
que los proyectos que
siembre crezcan fuertes
como los árboles en tu
bosque! Aparta de mí la
mala racha, aleja la pobreza
y haz que la riqueza llegue
a mis manos sin dolor ni
demora.
Que ningún obstáculo se
interponga en mi camino
hacia el éxito, que ninguna
puerta se cierre cuando
llame.
Y así como proteges a las
criaturas que habitan en tu
reino, ¡protégeme a mí de
mis enemigos! Espíritu
del Monte, tú que ves lo
que otros ocultan, descubre
las intenciones oscuras de
quienes me desean mal.
Que sus palabras de odio
se las lleve el viento,
que sus planes se pierdan
en la espesura de tu
dominio. Haz que tropiecen
en su propia maldad, que sus
pies se enreden en las raíces
de su envidia y que jamás
logren alcanzarme.
¡Que los falsos amigos se
alejen, que los traidores sean
expuestos y que los
malintencionados caigan en
su propia red! Ródeame con
tu energía protectora, como
la niebla que envuelve las
montañas al amanecer,
para que ningún daño
pueda tocarme. Que tu
fuerza sea mi escudo, que
tu sabiduría sea mi guía y
que tu poder sea mi
respaldo.
Espíritu del Monte, acepta
mi petición con la certeza
de que te honraré y
recordaré siempre. Que tu
presencia en mi vida sea
tan constante como la luna
sobre las cumbres, y tu
ayuda tan firme como
las rocas en tu cuspide.
¡Que así sea, por los
siglos de los siglos!

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